recordando a La flor y la nube


Cuando yo era niña mi abuela y mi bisabuelo me enseñaron una poesía para participar en la escuela.... ellos decían que lo hacia muy bien, les gustaba escucharme decir poesías que ellos mismos me enseñaban ... sobra decir que no gane ningún concurso :P



LA FLOR Y LA NUBE

Sobre una estéril pradera,
El diáfano azul del cielo
Cruzaba en rápido vuelo
Una nube pasajera.
Viola pasar una flor
Que abrasada se moría,
Y en su penosa agonía
Le dijo así con amor:
"Dios te manda, nube hermosa,
A librarme de la muerte."
"Joven soy, morir no quiero;
En tus bondades confío;
Una gota de rocío
Por piedad, porque me muero."
Pero la nube orgullosa,
Insensible caminando,
"No puedo, dijo pasando,
Servir a tan noble rosa."
"Que si todos los pesares
De las flores mitigara,
Creo que no me bastara
Con el agua de los mares."
La flor exhaló un suspiro
Y la nube en el momento,
Agitada por el viento
Siguió su rápido giro.
Cruzó la selva sombría,
Cruzó también la ribera;
Pero siempre donde quiera
La tristeza le seguía.
Sintió de pronto una profunda,
Indefinible ansiedad,
Y por fin tuvo piedad
De la rosa moribunda;
Y del punto en que se hallaba,
Con rapidez se volvió,
Y a la pradera llegó
Cuando la tarde expiraba.
De la flor sobre su frente
Tendió su ligero manto,
Y regándola con llanto,
Exclamaba dulcemente:
"Despierta, yo soy; despierta,
Yo te traigo la alegría."
Mas la flor no respondía:
La infeliz estaba muerta.
Guardad tan triste lección
En el alma desde ahora:
Niños, mostradle al que llora
Una santa compasión.
Si el pobre a rogaros va,
No le miréis con desdén,
Mira que es muy triste hacer bien
Cuando ya es inútil.

No se quien es el autor, si lo saben, pueden dejarlo en los comentarios.

Catorce

Era una bebé de siete meses la que llegaba esta vez, por primera vez. Javier se acercó para ver a la pequeña, no solían estar los bebés en el jardín, por eso tal vez, llamó mas la atención de Javier y de los otros niños que jugaban y corrían entre lo verde de las plantas y los grandes árboles; era un bello jardín con flores de colores por todos lados.
Claudia la enfermera que le tocaba cubrir el turno de la tarde, con la bebé en brazos quiso sentarse bajo la sombra de un frondoso árbol, pero tuvo que ponerse en pie para tratar de controlar a los niños que se abalanzaban sobre ella, sin mas intención que conocer a Andrea, la pequeña bebe.

-Es tan pequeña para estar aquí- se decía Javier, él también lo había sido pero ahora era mayor, se sentía a sus siete años de edad, con la fuerza para protegerla, esa niña que aun era una bebe, había ganado su primer hermano mayor. Quizá era porque al verla se veía él cuando llegó a ese lugar, que le repetían no ser un orfanato, si no un internado de prestigio.